<<[...] Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos>>.

Gabriel Celaya

martes, 11 de junio de 2024

Borges

 

¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día

ulterior que sucede a la agonía.                    

Borges, El mar                        

Madre de Cartago, devuelvo el remo.           

Verso pronunciado por los                

marineros fenicios en la hora           

de su muerte.                                    



Borges llega al mar,

todo es sonido

                           y viento,

no sabe dónde está,

trata de ver:

un espejo trizado el horizonte

que se va rehaciendo,

lo comprende —ya hay colores sonando—,

sabe que va a morir,

para esto he vivido

                                  —dice—,

este es el momento.


Borges ante el mar;

                                   frente a frente

ola y hombre.

Borges recita el mar al golpe de su sangre,

el mar contiene a Borges y lo aguarda,

es un toro retándolo. La muerte

abre una puerta al fondo, cruje el aire,

hay astillas cayendo, ¿o es luz?


Contra las piedras

se lanza el mar para buscar a Borges,

el agua borra huellas,

resopla como un toro el mar espuma,

Borges, de pie, quieto en la orilla, aguarda su respuesta.


El salitre se mezcla con las venas,

en la orilla la luz incendia el aire,

sabe que el mar es él, lo ha comprendido,

al fondo, sobre las peñas,

                                             arden libros

y el mundo es una hoguera.


El mar se aleja solo,

¿dónde está Borges,

que quedó de él sobre la arena?

El mar se aleja bramando,

es un toro y el aire: su pradera,

un asta como un río

me aguarda en cada vena.



(David Rey Fernández)                        

viernes, 24 de mayo de 2024

El verso es un caballo


El verso es un caballo,

el tambor de sus pasos

hace temblar el aire.

Trota libre en la llanura,

voy a subir a su lomo,

hoy voy a entrar en la luz

solo montado en el aire.


A través de las palabras,

solo montado en el aire.

Como la luz en el rayo,

solo montado en el aire.


La tarde sobre la grupa,

hacia los huesos del alba

ya cabalgo, ya cabalgo,

solo montado en el aire.


Vueltos mis huesos palabras,

el viento me agita el pelo,

solo montado en el aire.


Cantando sobre una ola,

cantando sobre una rama,

cantando sobre una vena,

las crines contra las manos,

perseguido por el tiempo,

solo montado en el aire.


Los ollares resoplando,

solo montado en el aire.

Apretado a los ijares,

solo montado en el aire.

Agitando las espuelas,

solo montado en el aire.

Hoy voy a entrar en la luz,

solo montado en el aire.



(David Rey Fernández)